Si tienes o has tenido episodios de dolor en la espalda, sabrás lo limitante que puede llegar a ser. Comienza con un pinchazo muy fuerte o con una sensación de tensión que se va incrementando poco a poco y acabas sin poder apenas moverte de la cama.
A veces, la sensación desaparece con los días y todo vuelve a la normalidad como si nada hubiese pasado.
Otras, la molestia te acompaña durante semanas, meses, años…
Pero, ¿Cuáles son las mejores estrategias para aliviar el dolor de espalda?
¿Se debería tratar de la misma forma un dolor agudo o intenso, que un dolor “crónico” o persistente en el tiempo?
La forma en que abordamos el dolor de espalda, puede tener puntos en común y ciertas diferencias dependiendo de las características del mismo.
En común,
Tanto si tu dolor acaba de empezar, como si llevas meses o años con él.
Dos herramientas que te serán de gran utilidad, serán:
Herramientas para el Dolor de Espalda
Ejercicio progresivo
El ejercicio en progresión es imprescindible dentro de una crisis de dolor, puesto que es la forma en que iremos devolviendo la seguridad a nuestro organismo para que vuelva a moverse sin miedo.
- Movilidad suave de la zona dolorida: se trata de ejercicios sin apenas resistencia, que buscan movilizar la columna y todas las estructuras circundantes. El objetivo principal es comenzar a moverte de forma cómoda y segura.
- Ejercicios isométricos de CORE: las contracciones isométricas, buscan generar una contracción mantenida en la musculatura durante unos segundos y su posterior relajación. Este tipo de contracciones son percibidas de forma muy agradable, ya que reducen la percepción de peligro por parte de nuestro sistema nervioso. Por lo tanto, pueden reducir el dolor.
- Ejercicios dinámicos: realizar ejercicios de contracción-relajación, sería el siguiente nivel, una vez adaptados a los ejercicios isométricos. En el caso de los dinámicos, deberemos trabajar siempre en rangos de movimiento cómodos (sin dolor o con el mínimo dolor) e ir incrementando la complejidad de los mismos ya sea con más rango de movimiento, con más carga o con más volumen (series o repeticiones)
- Ejercicios de mayor complejidad: el último nivel dentro de la progresión, sería buscar ejercicios más complejos, es decir, movimientos o situaciones en las que aún aparezca el dolor. Para acabar de mejorar en ellos, debes localizar el momento donde aparece e ir explorándolo poco a poco.
Te dejamos un video con una Sesión de Ejercicios para tu Espalda.
Aprender sobre tu dolor y/o lesión
- Entender cómo funciona tu organismo y qué recursos tiene a la hora de protegerse. Valorar los diagnósticos que te han hecho e información que tienes a cerca de tu dolor. Valorar en qué medida, sientes que puedes recuperarte. Y comenzar a trabajar en ello.
Te enseñamos este video a conocer tu lesión y recuperarte antes.
Por otro lado, las herramientas que te pueden ayudar más, dependiendo de las características de tu dolor:
Si tu dolor acaba de empezar, es agudo o intenso.
- Masaje
El masaje puede ser una de las herramientas que más alivio te proporcione. Cuando comenzamos con un dolor de espalda agudo, por lo general, la musculatura que rodea a esa zona, estará más contraída de lo habitual (es una forma de protección que tiene nuestro organismo, reduciendo así la capacidad de movimiento ante el peligro de que suceda o pueda suceder algo amenazante para nuestra salud).
Cuando hablamos del masaje, no se trata de quitar “contracturas”. Con el masaje, nuestro sistema nervioso induce una respuesta de relajación sobre la musculatura que se encuentra en la zona dolorida. Puedes acudir a un profesional de la fisioterapia o hacerlo en casa, por ti mismo, utilizando una pelota de tenis, localiza los puntos de dolor en tu espalda y masajéalos rodando contra una pared.
Si tu dolor lleva tiempo acompañándote, pero no es demasiado limitante
- Imaginería motora: se trata de una técnica o práctica mental que consiste en imaginar un movimiento con los ojos cerrados, como si se realizara en primera persona. La finalidad de esta práctica, es activar áreas de tu cerebro (corteza motora) encargadas de controlar las estructuras encargadas de dicho movimiento.
Lo más impactante de este tipo de práctica, es que se mantienen activas áreas del sistema nervioso para no “olvidar” ciertos movimientos (algo muy común cuando llevamos mucho tiempo moviéndonos menos) y que vamos percibiendo cada vez más seguridad hacia el movimiento doloroso.
Para ponerlo en práctica, basta con detectar el movimiento con el que aparece normalmente el dolor. Estar tumbados o de pie, imaginar a tiempo real, que estás realizando el gesto, hasta un total de 3 series de 3-4 veces, descansando entre series.
CONCLUSIÓN:
Vivimos en una sociedad donde el avance cultural, va a años luz de la evolución biológica.
El dolor lumbar es, en muchas ocasiones, consecuencia de esta dicotomía.
El cuerpo no está diseñado para pasar tantas horas sentado o de pie, está diseñado perfectamente para el movimiento (para coger pesos, trepar, caminar o correr) y cuando esto no ocurre, aparecen los problemas.
Lo más importante: comprender qué está ocurriendo en tu cuerpo, para eliminar el miedo; optar por la terapia activa y recurrir a la pasiva cuando no te quede otra opción.
En nuestro Centro de Fisioterapia en Granada, podemos ayudarte a superar el dolor de Espalda.
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