Fisioterapia Granada centro

La fisioterapia ¿Duele?

¿Eres de los que piensa que la fisioterapia duele?

Todos tenemos de alguna forma asumido, que ir al fisio, es sinónimo de dolor.

Pero, ¿Es imprescindible que un tratamiento sea doloroso para curarte antes? 

La evidencia nos dice que NO.

En este post vas a encontrar

Masajes que duelen

Sabemos, que generar dolor a través de un masaje u otra técnica, durante la práctica de la fisioterapia, puede tener cierto efecto analgésico. Pero, ¡Cuidado! si abusamos de ello, podemos no obtener ningún efecto o incluso empeorar.

Hay un algo de cierto en que: “el dolor, con dolor se va” y esto se debe a un efecto fisiológico, llamado modulación condicionada del dolor. Veamos a qué se debe esto y por qué puede ser interesante sentir algo de dolor cuando te tratan con un masaje.

Tenemos que ser conscientes de que somos seres que reciben información continua del estado de sus sistemas y del medio en que nos movemos, es decir, tenemos receptores y órganos capacitados para captar información en forma de estímulos eléctricos que viajan a través del sistema nervioso hasta nuestro cerebro.

Del mismo modo, que somos capaces de captar y procesar la información del organismo y del medio en que vivimos, también tenemos la cualidad de responder en consecuencia.

Cuando hablamos de modulación del dolor, nos referimos a la posibilidad de que el dolor que sentimos pueda ser modificado por alguna causa.

Imagina que llevas tiempo con dolor de rodilla y cada vez que tomas un analgésico, tu dolor disminuye. Pues bien, el analgésico, está modulando o modificando tu dolor (reduciendo la intensidad del mismo).

También puede darse la respuesta contraria, si en lugar de tomar un analgésico, decides golpearte la rodilla con un martillo, estarás modulando tu dolor, pero en este caso aumentará la intensidad.

Cuando hablamos de “modulación condicionada del dolor”, nos referimos a que el dolor generado al aplicar un masaje sobre la zona dolorida o sobre una región próxima, que supere la intensidad del dolor que ya se tenía, puede conllevar una reducción de dicho dolor.

Veamos un ejemplo, te duele la espalda, la sientes cargada y dolorida después de un día sentado en el trabajo. Si tu fisioterapeuta te hace un masaje que te genere cierto dolor, tu espalda se relajará, como consecuencia de que un estimulo más intenso, ha tomado relevancia frente las sensaciones molestas que ya tenías.

Se trata de un proceso fisiológico algo complejo, donde nos comunicamos con el sistema nervioso a través del masaje.

A pesar de esto, el dolor que sientas durante un masaje no debería superar ciertos niveles, ya que más dolor, no implica más alivio.

Una sencilla regla, es que en una escala de percepción del dolor que vaya de 0-10 el dolor que se perciba, no supere 7/10.

Estiramientos forzados para ganar movilidad

En este caso, no hablamos de masajes, sino de estiramientos y estos, a veces, pueden resultar incómodos, incluso dolorosos.

Lo cierto es que no es necesario que un estiramiento sea doloroso, ya que siguiendo con la regla del dolor menor a 7/10.

Someter a una parte de nuestro cuerpo a un dolor más elevado que este, pone en riesgo a nuestros tejidos.

Si exponemos a nuestro cuerpo a un dolor intenso forzando una posición, probablemente nos devuelva una respuesta de protección mayor, limitando el movimiento aún más, al día después de haberlo forzado.

Por ello, cuando se trata de estiramientos, también es fundamental controlar la intensidad del dolor. No se trata de luchar contra tu cuerpo para ganar más movilidad, sino de acompañarlo de forma segura hasta movimientos que se han ido reduciendo por la lesión/dolor.

Ejercicios que duelen

Lo ideal de cara al ejercicio siempre será dolor 0 o próximo a 0. Pero cuando esto no sea posible, porque prácticamente cualquier movimiento genere dolor, nos guiaremos por la regla que mencionamos antes (no superar 7/10 en la escala de dolor percibido).

A la hora de hacer ejercicio, la importancia de que no duela, es aún mayor. Ya que sentirlo puede conllevar coger miedo al movimiento y esto puede empeorarlo todo.

En conclusión, puedes recuperarte sin sufrimiento, ya que no se trata de persistir, aunque duela para poder curarte antes.

Se trata de actuar en base a nuestra fisiología, a cómo funciona nuestro cuerpo y cómo responde a estímulos, para poder progresar de la forma más efectiva hacia una recuperación completa y duradera.

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